martes, 17 de mayo de 2011

COMO UN EGIPCIO

El pasado domingo se celebraron manifestaciones en más de 50 ciudades españolas organizadas por un nuevo colectivo surgido en la red. 
El movimiento 'Democracia real ya! sigue creciendo.Tras el desalojo del campamento en la Puerta del Sol de Madrid, se convocaron nuevas protestas por toda España. No son la manifestaciones multitudinarias que tan bien se organizan desde el poder. Aquí no existe la manipulación sino el cabreo. Y aun cabrea más que todo se tape. Estos movimientos expontáneos pueden ser un aunténtico grano en el culo de quien dirige esta, cada vez más asfixiante, opresión social.
Ahora son mayoritariamente jóvenes pero inusitadamente organizados. En mi ciudad, hace dos meses eran solo tres. 
El movimiento ‘Democracia real ya!’ ha crecido en muy poco tiempo, impulsado por las redes sociales. Están presentes en Facebook y Twitter. Sus seguidores son muy activos en Internet y ya han conseguido que algunos de sus temas como #acampadasol o #spanishrevolution se conviertan en ‘trending topic’.  
Una vez más el poder de las redes se levanta como última frontera ante la opresión. Solo tienen que darnos otra vuelta de tuerca para que surjan más movimientos de este tipo, mayores y con mayor mala leche.


La indigna parcialidad de los medios de "desinformación" llega al punto de esconder, no solo lo que ocurre en nuestro país, sino lo que esta pasando en el resto del mundo. Porque en España solo acaba de empezar. Quienes apuestan por la solidaridad, por vivir en igualdad y como auténticos seres humanos, quienes sienten la emoción de experimentar la lucha por defender logros grabados con sangre de siglos, comparten nuevos ideales y trazan su propia red fuera de la red. Hacen real la comunicación, llevándola a la calle y dando un tímido empujón al verdadero progreso: sentirnos orgullosos de quien comparte este espacio y estos tiempos junto a nosotros en nuestra maltratada nave tierra.  Algo sumamente difícil viendo cinco minutos de televisión.


Empezó en Túnez, siguió en Egipto y ya se extiende por medio mundo, incluyendo los Estados Unidos.
En cada lugar la gente es diferente, el idioma es diferente y también sus lemas. Pero la idea es la misma. La misma que inició todas la revoluciones a lo largo de la historia: ¡DIGNIDAD!
Los grandes economistas nos impusieron la aldea global y provocaron una crisis global para su beneficio. Pues quizá sea hora ya de inicial esa revolución global y reivindicarnos con las mismas consignas que los cientos de miles de personas que se revelaron en Wisconsin: HAY QUE PROTESTAR COMO UN EGIPCIO.
Shallakkazham

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